El coaching consiste en facilitar el desarrollo de todo el potencial de las personas para alcanzar metas y objetivos personales o cambios en algún aspecto de su vida.

El coach ayuda la persona a sacar lo mejor de sí misma y a buscar el camino que la lleva desde donde está ahora hasta donde quiere estar.

A diferencia de un psicólogo que suele estudiar pautas de conducta mirando hacia el pasado de la persona, e intenta encontrar las causas a problemas, el coach mira al futuro y ayuda a la persona a sacar todo su potencial y a establecer un camino para llegar a lo más alto posible.

Lo que hace es descubrir y canalizar la motivación para que se convierta en un trabajo productivo. Primero se establecen las metas que se quieren conseguir, se analiza la realidad actual y se empieza a trabajar en el plan de acción para alcanzarlas.

El coaching es útil para todas aquellas personas que desean realizar un cambio, ya sea para mejorar su calidad de vida o estado físico, sus relaciones interpersonales con la familia, pareja o compañeros, para la consecución de metas o proyectos personales, para superar estados de estrés o ansiedad por ejemplo ante exámenes, etc.

Mediante el “fortalecimiento del yo”, el coaching consiste en identificar creencias limitantes (por ejemplo: “no valgo nada”) y cambiarlas por creencias potenciadoras en los propios recursos y convertirlos en absoluta confianza en sí mismo.